La esquina indicada

Para Alfred Hitchcock, el suspenso era la manera más poderosa de mantener la atención de su audiencia. Entendía al espectador como una parte central del film, sus reacciones debían formar una parte integral del mismo. El observador era el lugar donde las interpretaciones y los efectos de la película eran negociados y producidos. Llevó ésto al punto de convertirlo en el sujeto de una de sus obras máximas „ La ventana indiscreta“, una película entera desde el punto de vista de un hombre. En el diálogo que sostuvo con Truffaut mientras hablaba de ella, sostenía:“ … ahí tenía la posibilidad de hacer un film puramente cinematográfico. Por un lado, tenemos al hombre inmóvil que mira hacia afuera. Es un primer trozo del film. El segundo trozo hace aparecer lo que ve y el tercero muestra su reacción. Esto representa lo que conocemos como la expresión más pura de la idea cinematográfica“.

Ideas cinematográficas y sobre todo el espectador como parte de la obra merodean en los trabajos de Leandro Tartaglia. Aún cuando el cine no esté presente en su forma material, su obra propicia un acercamiento que se asemeja a „ la inquietud de ir a ver una película. Con esa capacidad determinada de sumergirse en la butaca del cine“.

Desde el título de la muestra en Ignacio Liprandi Arte Contemporáneo, Tartaglia se dirige a nosotros: „ Hola usuario“, convirtiendo al espectador en cómplice de las obras desde las salas del tercer piso en el centenario edificio en Avenida de Mayo donde exhibe tres trabajos diferentes.

Uno de ellos es el resultado del proyecto „ Todos los días“ , con el cual Tartaglia ganó el segundo premio en la edición 2009 del concurso ArteBA-Petrobras. Allí invitó a cuatro artistas-intérpretes a trabajar con los cuatro diarios de mayor circulación de la ciudad en turnos de seis horas durante los seis días de la exhibición.
Ellos desarrollaron collages, pinturas y objetos que reflexionaban sobre la política, la información, el acceso a ella y sobre la en ese momento aún no aprobada (y hoy en día aún no implementada en su totalidad) ley de medios. Todo ello en una acción grupal performática donde arte y periodismo mostraban y chocaban sus fauces.

Otra de las obras en exhibición es el prototipo de una bicicleta para dos, diseñada por el artista especialmente para el paisaje urbano de Buenos Aires. A su lado cuelga un mapa de las ideas que condujeron a la bicicleta, una cartografía donde la investigación se convierte en el material de la obra, una indagación sobre el grupo de relaciones establecido entre usuario, objeto, espectador, obra, artista y producción.

El détournement proto-situacionista de un poster del film Metropolis de Fritz Lang, junto con flyers sobre un pedestal, funcionan como preludio e invitación a otro de los proyectos exhibidos, éste hecho en colaboración con Mariano Ast (dirección y edición de sonido). Lejos del paisaje neoclásico de Avenida de Mayo, „ La esquina indicada“ es un viaje en automóvil que comienza frente a la entrada del cementerio de la Chacarita. Una road-movie en progreso, una pieza para tres espectadores a través de una de las más extrañas, desiertas y desconocidas zonas de la ciudad. A bordo de un Fiat 1600 con un conductor silente y a través de auriculares, se oye lo que podría ser un programa de radio, una emisión semanal ficticia donde urbanismo, gentrificación, literatura, sindicalismo, software libre o música son los tópicos posibles. Una pieza de audio perfectamente articulada, que durante sus cuarenta minutos consigue transformar las ventanas del auto en pantallas donde el tiempo y el espacio son reformulados en una nueva psicogeografía. „ Un viaje al pasado o al futuro?“, pregunta misteriosamente una de las voces de la radio, para resonar directamente en la mente de los espectadores-oyentes.

Las obras de Tartaglia quieren que los espectadores se conviertan en intérpretes, que se apropien las historias para ellos mismos, que construyan sus propias historias desde las imágenes, los fragmentos y las ideas proyectadas por ellas. Porque, como una de sus obras lo dice claramente sobre un dibujo en blanco y negro „ Nadie hace las cosas solo“ .

Ariel Authier